miércoles, 24 de septiembre de 2008

Imperialistas e Iconoclastas- By Kràtos

IMPERIALISTAS E ICONOCLASTAS

2 de Octubre

Apreciada Úrsula:
No pretendo malgastar tu tiempo, y mucho menos el mío, así que voy a ser directo contigo. Quiero darte mi opinión sobre un tema que no desconoces; tu nuevo escrito.
No quiero pecar de grosero, y mucho menos (que el Señor me perdone si lo hago) de vanidoso; pero creo una locura el cáliz que vas a darle a tus cuentos, o novela, o lo que sea que te dignes publicar (claro está, siempre que consigas algún editor que se interese por tu obtusa obra…).
Vamos directo al grano, no puedo creer que el héroe de tu obra sea un vagabundo, manco, y como si esa fuera poco pagano…¿qué ejemplo será eso para nuestra juventud?, sinceramente creés que la Real Academia de Letras va a considerar siquiera la posibilidad que tu obra surque los caminos de éste glorioso país.
Deseo que pienses en lo que te planteo en tan sencilla epístola, ¿alguna vez imaginaste a Arturo o alguno de los gentiles reyes de nuestro glorioso pasado moqueando o no teniendo donde dormir, con piojos y Dios sabe que otras horribles enfermedades?, por todos los santos del cielo, reconsidera el papel de héroe, Geoffrey de Monmouth se retuerce en su tumba de sólo imaginar tan aberrante acto de villanía.
Espero lo reconsideres, de no ser así me temo que todas mis influencias se pondrán de manifiesto para entorpecer que tu legado siquiera se publique; el bien del país (casi me atrevo a decir que el orden social está en juego).
Siempre tuyo.
Reuel.





27 de Octubre

Señor Reuel:
Sólo su fama conozco, y creo que la tiene bien merecida; lejos está mi obra de ser tan prolífica como la suya, y mucho menos de tener un apoyo financiero como el que usted recibe.
Claro está que tampoco me dejo influenciar por el mecenas de turno, y mucho menos me jacto de una obra en la cual ni siquiera los nombres son invención mía.
Ahora voy a ponerlo al tanto de mi “aberrante” obra; primero quiero que observe unos detalles que se que no van a importarle en lo absoluto, pero va a tener que leerlos si quiere entender mis ideales (supongo que será una palabra nueva para usted, búsquela en el diccionario mi estimado…).
Tuve que luchar mucho para comenzar a escribir, y puedo decir que llegué lejos con mi obra, es casi un orgullo para mí que gente de la “realeza” se preocupe por lo que digo en mis libros; toda mi niñez al leer novelas de caballería me pregunte porque los héroes de éstas no eran gente corriente y no reyes, hijos de reyes, nietos de reyes, etc. Ahí, en ese momento en mi tierna juventud decidí escribir para los que no pueden hacerlo, para los que solo limpian el jardín que gente como usted ensucia todos los días; por ellos y para ellos es mi obra. Poco me interesa que la “Real Academia de Letras” o su nefasto benefactor se asusten con ello, no por eso voy a cejar en mis intentos, más fuerza me dan sus intentos de asustarme.
En cuanto al orden social…puedo decirle sin temor a equivocarme que lo que más deseo en la vida es que cambie; que la aristocracia pruebe de comer barro sucio y caminar por el barro como lo hace esa gente que usted tanto vitupera.
No voy a hacerle perder su tan “valioso” tiempo, debe estar esperando órdenes de su mecenas.
Los ideales no se venden, y mucho menos se amedrentan.
Úrsula.

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